A modo de introducción para un futuro post acerca de las dos españas, quería comentar uno de esos odios que tanto me caracterizan y me llenan casi por completo.
Odio que haya gente que se alegre de la cornada que se llevó el otro día el torero Julio Aparicio en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Y absurdo me parece que alguien piense que, de alguna manera, con este tipo de accidentes, se haga justicia. Repugnante.
Creo que esta entrada de mi blog podría crear polémica.