Escucha, que yo sí sé de qué va esto

El pasado viernes, en una cafetería de un pueblo de la sierra de Madrid, nos ubicamos cerca de una mesa en la que estaban tres lugareños hablando sobre el bien y el mal, sobre lo divino y lo terrenal, sobre si elegir playa o montaña…

Uno de ellos era un ser repugnante, de esa clase de personas que te autorizan a vivir. Pero a lo que voy y centrándome en el aspecto odiado de este y de otros seres similares: odio a la gente que, cada cosa que dice, es parte de su filosofía de vida. Dicen algo y eso debe hacerse extrapolable a cada caso cotidiano. Y si, además, no te dan elección y sus palabras deben tomarse como verdades eternas, mi odio asciende. A estos les pediría una cosa: relájate y habla de cosas intrascendentes.

Published in: on agosto 11, 2010 at 12:19 pm  Comments (4)