El pasado 4 de septiembre cumplí 10 años junto a mi novia. Teniendo en cuenta que tengo 26 años, llevo casi el 40% de mi vida a su lado. Parece mucho, ¿verdad? Pues me parece a mi que este porcentaje no parará de subir.
Tras todo este tiempo, lo que tanto ella como yo tenemos claro es que queremos pasar el resto de nuestra vida el uno junto al otro. Alguien podría decirme que lo que nos une es costumbre de amor, pero os aseguro que es amor de verdad, renovado cada minuto que paso con ella.
Ambos hemos cambiado, hemos madurado, y quizá la chica de la que me enamoré cuando tenía 16 años ahora no me gustara. Pero su evolución ha sido positiva, y esta evolución ha ido engranada con una evolución de nuestra relación.
Hemos llorado, hemos reído, hemos sufrido, hemos crecido, hemos peleado, hemos… todo esto juntos.
10 años dan para mucho: una carrera universitaria para cada uno, las primeras experiencias laborales,…todo lo he vivido junto a ella, y quiero seguir haciéndolo. Así soy feliz, y de otra manera seguro que no lo sería. Hay gente que me dice que me he perdido cosas al tener novia desde tan joven, pero no tengo esa sensación, sino todo lo contrario.
No imagino mi vida sin ella, no sería yo.
Tras tres semanas juntos las 24 horas del día, nos hemos dado cuenta de que la necesidad de vivir por fin juntos apremia. Cuando pasamos tanto tiempo juntos nos llevamos todavía mejor.
En los últimos años, mis objetivos vitales han cambiado, pero el que no cambiará nunca es el de hacerla feliz lo que me queda de respirar.